Aprender es el proceso de toda una vida. No importa en qué etapa de la vida estes siempre hay algo nuevo que aprender si estás dispuesto a escuchar. Nunca he visto este tipo de actitud más claramente en los ojos de la gente que aquí en Alemania. Te diré porqué.
Actualmente he regresado a la escuela, aquí en Berlín. Justo al lado de mi salon de clase hay una clase de jubilados que actualmente están aprendiendo inglés.
Hay un proverbio budista que dice: “Cuando el estudiante está listo aparecerá el profesor.” Pero a veces en la vida tenemos que buscar activamente estas oportunidades, tenemos que avanzar hacia ellas. Esto es lo que veo en esta población que en su tercera edad y orgullosa de su hermoso cabello blanco y dorado hacen tiempo para aprender. Lo hacen simplemente por el gozo de seguir creciendo.
Es tan agradable verlos por la mañana llegar, bien vestidos, con una sonrisa en sus rostros listos para continuar persiguiendo su sueño. Nunca he visto a más alemanes amistosos y felices que esta generación que saluda a extranjeros con las nuevas habilidades del inglés que acaban de adquirir. A veces los veo y pienso para mis adentro, “espero que cuando yo sea anciana pueda ser como ellos”.
Según Beran Wolfe, un psiquiatra australiano la verdadera felicidad se encuentra en las personas que están persiguiendo sus objetivos; pudiera ser construyendo un barco, escribiendo una sinfonía, educando a los niños, cultivando flores, etc. Y este tipo de alegría es la que veo en sus rostros, y esto quisiera que otros vieran en mi.
Este año Dios me ha concedido la oportunidad de perseguir un nuevo objetivo, nunca fue mi sueño de infancia, pero siento que no puedo perder esta oportunidad de oro. Aunque ya estoy en la mitad de mi vida he decidido aprender otro idioma. Nos mudamos a Alemania hace nueve meses debido a mi maridos y con el fin de aprender el idioma de Luther y Goethe me inscribí en la Volkshochshule en Berlín. Esta clase esta dirigida exclusivamente para los padres. La mayoría de mis compañeros de clase son árabes, pero también tengo compañeros de otras partes del mundo, como Sudamérica, África o Asia. (Ver publicaciones anteriores)
Tenemos dos maestras, y no podían ser más opuestas en sus personalidades y formas de hablar con nosotros. Una viene los lunes y el martes, (que nombraré la maestra A) y la otra los miércoles y el jueves (que nombraré la maestra B).
Nuestros maestras son por supuesto alemanes y tengo que reconocer que ambas hacen un buen trabajo, la maestro A es una perfeccionista en lo que respecta a la pronunciación y nos hace repetir palabras muy a menudo con la intención de hacernos hablar mejor. La maestra B es una experta en gramática y además tiene estudios multiculturales y parece poder entendernos más allá de las fronteras.
Sin embargo tengo que decir que la maestra A es a veces muy directa, esta es una actitud típicamente alemana, que para nosotros los extranjeros es realmente diferente y podría parecer hay veces extrañas hasta grosera. Aparte de eso,algunas veces percibimos como si estuviera enfadada con nosotras. La mayoría de nosotros creemos que no tiene suficiente paciencia. Ella se siente tan frustrada cuando hablamos mal y algunas veces hace comentarios tan directos que han hecho llorar a algunos de mis compañeras de clase. Esto me molesto mucho y un día perdí la paciencia y hable con ella en privado sobre su actitud hacia mis compañeros de clase y cómo esto podría dañar el proceso de aprendizaje y su salud. Realmente no sé si ella entendió todo lo que dije en mi muy limitado alemán, pero al menos lo intenté. Nunca me han gustado las injusticias.
La profesora B en cambio es la más dulce alemana que he conocido hasta ahora, es gentil, paciente, amable y la mayoría del tiempo está sonriendo y habla con una voz melodiosa que te hace querer aprender alemán mas rápido, sólo para hacerla feliz. Simplemente la amamos. La gente como ella es lo que me hace amar este país y facilita mi proceso de adaptación
De las historias de mis compañeros de clase, lo que he aprendido en los últimos meses es que la mayoría de mis compañeros no tienen contacto directo con los alemanes, aparte de las oficinas públicas. Siendo honesta para ellos y para mí nuestras maestras de cierta forma representan a Alemania.
Sin lugar a dudas la mayoría de nosotros hemos encontrado este tipo de personas en el camino de la vida, sin importar en qué parte del mundo vivamos, personas que parecen estar felices de estar vivas, que son amables, cariñosas y comprensivas, y también personas que son más duras, que pierden la paciencia fácilmente y pueden ser percibidos como no muy amables. La verdad es que nuestra vida depende de las relaciones que formamos en este mundo. Fuimos creados con una intensa necesidad social la que nos empuja a aprender a relacionarnos con los otros hijos de o hijas de Dios.
La realidad que he llegado a comprender estos últimos días es que ambas maestras han sido un regalo para mí, que me han enseñado cosas diferentes, no sólo sobre Alemania o el idioma alemán, sino también sobre la vida y la forma en que podemos interactuar unos con otros y la forma en que quiero ser percibidos por los demas.
La actitud es una elección; por lo tanto cada persona que encontramos es un regalo, porque son espejos que nos permite ver los bueno y lo malo que existen en cada uno de nosotros. El secreto de la felicidad es buscar siempre el bien en los demás y, finalmente, en la vida. O como lo dijo Paulo Coelho en su libro El Alquimista; “el secreto de la felicidad esta en mirar las maravillas del mundo.
Ojala hoy puedas ver en los demás lo bueno y de esta forma elegir inclusive en lo días negros el camino hacia tu felicidad.